domingo, 11 de mayo de 2014

AKELARRE POÉTICO








Yo
Ateo convencido
Abrazo a esta Iglesia redimida
Que parece renacer de sus cenizas
Cenizas en las que algunos de ellos perecieron
Y a las que a otros hermanos condenaron
Cristianos que en realidad herejes fueron
Como lo es el santo proclamado
Junto a beatífica persona

Quiero
Que en su renacimiento
Haga a la luz su auténtica doctrina
Y que en lo material abrazo entera
Reservándome el legítimo derecho
De no creer en lo que no es probado

Debe cumplir
Con todos los mandatos
Que aquél que la creo dejó bien claros
Y yo quiero hermanarme en esa lucha
Por redimir a todos los humanos
En la igualdad que es justa y necesaria
Desposeyendo a todo mal nacido
Que le ha dado la vuelta a sus palabras
De toda la riqueza acumulada
Por la sangre por otros derramada
Y la exhorto con toda mi vehemencia
A que haga lo propio con la suya.

No es momento de dudas ni mentiras
Que la lucha final que se avecina
De todos los humanos necesita
Para traer al Reyno de la Tierra
Lo que al de Dios parece reservado
Y no dejar que la llama del Diablo
Arrase a todos los que somos humanos

Yo
Gota de agua en medio del océano
Alzo mi voz y espero que no en vano
En nombre de a quienes han cortado
La lengua y su mente han nublado
Con la droga de su red imperial
De mentiras embustes y engaños

Es llegado el momento
No hay tiempo
Ahora o nunca
No hace falta enunciar los tormentos
Que todos tenemos muy claros
No tan claras tenemos las causas
Aunque muchos ya las han hallado
Escuchemos la voz de los niños
A los que vamos a ver degollados
Que proclaman a los cuatro vientos
Lo que de niños también proclamamos

No dejemos que cuatro jinetes
Que ya vemos al galope al alba
Acaben con todos nosotros
Y con los que ríen sin saber aún nada
Y cuya mirada aún ilusionada
Hace que a la nuestra la nublen las lágrimas
No es tiempo de llantos ni desesperanzas
Es tiempo de lucha con paz y templanza
Es tiempo de que la palabra,
Recobre de nuevo la fuerza del habla
No es obra de nadie que es obra de todos
Uno nada puede
Con Todos no hay nada
Que sea imposible
Templemos el ánimo
Para la batalla
Que Cuatro Jinetes
Cabalgan al alba

Muneta, a las 8:45 del 10 de mayo de 2014

AMADEUS

lunes, 6 de enero de 2014

Un sueño por el cambio en Navarra

Un sueño por el cambio en Navarra

Hace ya mucho tiempo que somos multitud las navarras y navarros que tenemos un sueño recurrente: un día soleado nos levantamos de tan buen ánimo porque nos hemos convocado para una movilización que sentimos el hormigueo de la expectativa de lo nuevo en el cuerpo… Una creciente riada de gentes de toda edad y condición camina por las calles y va confluyendo en una gran plaza hasta formar un colorido mosaico de personas que representa a todas las sensibilidades y sectores castigados por décadas de un régimen en crisis. Nos reconocemos y nos saludamos con amigable complicidad, pues ha ocurrido lo imprevisible: por el solo hecho de estar allí, compartiendo ese espacio-tiempo de confluencia, tenemos la convicción colectiva de que, por fin, estamos plantando, profundamente, la semilla del cambio en terreno fértil.

Porque esa movilización no es una de tantas -todas necesarias- solo por lo mío o por lo tuyo, sino por lo de todas y todos. Porque es una movilización conjunta que, rompiendo las barreras entre ideologías e identidades diversas, busca radicalmente el bien común. Porque es una movilización inclusiva y transversal que reclama y se enriquece con la participación de todas las personas excluidas y expoliadas por la crisis del sistema. Porque, más allá del happening festivo de la protesta, esa movilización proyecta una poderosa pero tranquila rabia de clase, la de la mayoría de abajo frente a la minoría de arriba. Porque hemos dejado de exigir pequeñas demandas y nos hemos atrevido a abrir, a construir, a materializar allí mismo, sin más aplazamientos, la vía hacia una alternativa democrática desde la participación social. Y, sobre todo, porque tenemos el convencimiento de que sólo es la primera cita de una movilización cotidiana, ya que hemos sido capaces de crear una sólida red y una base popular y organizativa para generar un cambio real hacia otra Navarra mucho más social y democrática que la actual, capaz de revertir sus políticas antisociales y revisar sus anquilosadas estructuras. ¿Un sueño revolucionario? Quizá, de momento, sólo un sueño por la supervivencia y por la dignidad de esa Navarra que no se resigna ni al miedo, ni al engaño ni a la sumisión.

En el acto de presentación de la Asamblea por el Cambio Social celebrado el pasado diciembre ya tuvimos un atisbo de ese sueño: testimonios diversos por el cambio asentados en 14 ejes de consenso y más de 200 compromisos de personas vinculadas a 60 organizaciones y de particulares; un buen comienzo que nos confirmó que ese cambio impulsado por un puñado de lúcidas soñadoras y soñadores es posible.

Pero este sueño no se cumplirá realmente si no nos sumamos mucha más gente al gran auzolán previo; agitando, dialogando, persuadiendo y comprometiendo, persona a persona, merindad a merindad, a las compañeras y compañeros de los sectores de la salud y la educación, de las personas mayores y la juventud, de la vivienda y la migración, del campo y la ecología, del euskara y la cultura, de la solidaridad y la cooperación, de la renta básica y la dependencia, del feminismo y la igualdad de género, de las fábricas y la universidad… Si esas personas concretas que conocemos, ya participen en sindicatos, partidos, asociaciones, colectivos, movimientos -especialmente en esas otras iniciativas como la Carta social de Euskal Herria, la Junta Republicana y la Cumbre Social-, o la ciudadanía cercana de nuestros familiares y amistades, no damos un paso al frente y nos creemos ese sueño, aportando nuestro granito de confianza y de implicación…

¡Demasiado trabajo para cualquier grupo, incluso para uno tan entregado y voluntarioso como el de la Asamblea por el Cambio Social! Demasiado, ciertamente, sin tu contribución, lector o lectora inquieta, como agente comprometido con el cambio, que puedes iniciar enviando tu adhesión y sugiriéndonos tu pequeña colaboración   (http://www.asambleaporelcambiosocial.org/compromiso-konpromezua/). Pues son muchas las acciones que ya puedes emprender por tu cuenta o en grupo, en la calle o en las redes y, la más inmediata: participar el sábado 25 de enero en la asamblea creativa para acordar el contenido y la forma de esa movilización, y para repartirnos a continuación las pequeñas tareas de comunicación y organización, tan necesarias.

Queremos que esa movilización que soñamos sea en verdad diferente, tan numerosa y diversa como seamos capaces de conseguir y tan llena de creatividad y energía que nos cargue las baterías de la rebeldía para una campaña que, más allá de los hitos puntuales, ya sabemos que será de largo recorrido.

Ayúdanos a crecer y a profundizar, a compartir y extender este sueño por el cambio, descolonizando nuestro imaginario de las reticencias y pesimismos del pasado y apostando por esa movilización diferente en la primavera de 2014. Para que el sábado 12 de abril se convierta en la oportunidad para despertar el germen de un verdadero cambio social y político en Navarra…

Xabier Ametzaga, Iñaki Arzoz,  Alejandro Arizkun, Ainhoa Aznárez, Chema Berro, Javier Echeverria, Fernando Espinosa, Santos Galdeano, Jesús Garijo, Pilar Hurtado, Alizia Izal, Felipe Martín, David Marzo, Manuel Millera, Iñigo Muerza, Txemi Pérez de Eulate, Tere Sáez, Mikel Sanz, Mikel Saralegi, Cecilia Themme, José Luis Uriz, Patxi Zamora.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Concurrida Asamblea por el Cambio Social en San Francisco

Concurrida Asamblea por el Cambio Social en San Francisco


Sábado, 14 de Diciembre de 2013 - Actualizado a las 06:07h

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Vista:
PAMPLONA. Las escuelas de San Francisco fueron el escenario ayer de una concurrida Asamblea por el Cambio Social. Ainhoa Aznárez, Mikel Saralegui e Iñaki Arzoz presentaron el acto que estuvo protagonizado por diversos testimonios favorables al cambio. Entre ellos, Fernando Armendáriz y Marta Mañeru, por el ámbito de los derechos y la cooperación; Hedoi Etxarte, de cultura y euskera; Alizia Izal y Fátima Djarra, de igualdad; Alex Arizkun y Henrike Galarza, de economía, Ana Fernández y Álvaro Cía, del ámbito social y Patxi Zamora y Fernándo Espisona, de lo político. FOTO: PATXI CASCANTE




sábado, 14 de diciembre de 2013




NOSOTR@S TENEMOS LA FUERZA DE LA RAZÓN.

ELLOS TIENEN LA RAZÓN DE LA FUERZA.

¡¡¡ NO PERDAMOS LA FUERZA DE LA RAZÓN AL EMPLEAR LA RAZÓN DE LA FUERZA !!!

AMADEUS

martes, 10 de diciembre de 2013

EL MITO DEL HÉROE DENTRO DEL MITO DE LA CAVERNA. (EN CIERTO MODO UN HOMENAJE MUCHO MAS REAL A NELSON MANDELA, AUNQUE NO LO PAREZCA)



EL MITO DEL HÉROE DENTRO DEL MITO DE LA CAVERNA



PEDRO PRIETO

6/12/2013

Estos días nos llegan, a los que vivimos prisioneros del mito de la cueva de Platón, las sombras que proyecta la hoguera que alimentan los grandes medios de difusión occidentales  (única forma de ver la realidad en este mundo de los sentidos), sobre la figura de Mandela.

Nos abrumarán durante días o meses después de su muerte infinidad de sombras que pretenden ser la apariencia, más que la esencia de la realidad: Mandela fue un coloso, un titán, un milagro, un ejemplo de reconciliación, un adalid del perdón, el gran héroe surafricano, africano y mundial,  el líder de la concordia y miles de adjetivos más.

Si uno sólo de los prisioneros de los grandes medios de difusión occidentales, pudiese salir de esta cueva platónica donde nos proyectan lo que debemos considerar realidad y volverse hacia la luz de la hoguera, quizá viese una realidad diferente, más profunda y completa, la causa y fundamento de las sombras, que son sólo las apariencias sensibles.

Platón entrevé una alegoría al esfuerzo socrático de ayudar a los hombres a llegar a la verdad y concluye que si ese prisionero liberado, después de haber visto otra realidad, volviese hacia sus antiguos compañeros e intentase liberarlos para mostrarlos un enfoque diferente desde el otro lado de la cueva, éstos se burlarían probablemente de él y juzgarían que se ha quedado ciego al pasar de la luz del Sol (metáfora del bien y de la realidad, sobre la ilusión de las sombras de nuestra cotidianeidad) a la oscuridad de la cueva y que incluso sus compañeros prisioneros serían capaces de matarlo en cuanto tuviesen la oportunidad, como le sucedió a Sócrates.

¿Qué otras realidades hay, pues? ¿Qué puede ver uno al otro lado de la hoguera, al salir a la luz del sol y dejar la cueva?

A mi me llama la atención la forma de crear mitos que tiene el poder, sobre todo el poder moderno, el de los grandes medios. Y no porque Mandela no haya sido un ejemplo de perfección humana, sino por cómo nos lo presentan.

Se dice a los pobres del mundo, a esos miles de millones de desheredados de este gran valle de lágrimas: ahí tenéis el ejemplo a seguir: el hombre que aguantó pacíficamente 27 años de cárcel esclavizado y oprimido por sus verdugos racistas, fascistas y segregacionistas; por unos verdugos genocidas, pero que cuando sale de la cárcel, termina perdonando a esos verdugos y genocidas y los mantiene en el poder real, mientras él acepta sumiso el poder virtual, el de representación. Ese debe ser vuestro héroe.

Estos días, irán a rendir homenaje a Mandela líderes de todo Occidente, muchos de los que ya estaban en el poder o aspirando a él, cuando en Sudáfrica Mandela penaba en la cárcel, sin que en las hemerotecas se pueda encontrar ni una sola palabra de estos otros líderes exigiendo la libertad de este preso, ya famoso y de las decenas de miles que también penaban junto a él por el mismo delito de no querer estar sometidos.

Mandela pasa en prisión desde 1962 a 1990. En ese periodo, ya gobernaban en sus países gentes como el rey Juan Carlos y su mujer, los presidentes Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan y Bush Padre en EE. UU.; la reina de Inglaterra, Isabel II, durante todo su reinado, siendo reina del país racista sin ningún empacho y sin que se la haya oído pedir perdón por las atrocidades cometidas en su colonia durante su reinado, ni haber roto relaciones con el gobierno también racista. En Francia gobernaron De Gaulle, Pompidou, d’Estaing y hasta Mitterand (autodenominado socialista), mientras Mandela y miles penaban con un gobierno racista y genocida con el que Francia mantuvo siempre muy buenas relaciones. Y así sucesivamente. Sus sucesores volarán a los funerales a rendir homenaje, como si siempre hubiesen sido respetuosos con los derechos negados a Mandela y a millones como él.

Si se revisan sus viajes internacionales, la inmensa mayoría de estos líderes que hoy lloran con lágrimas de cocodrilo a Mandela y lo ponen de ejemplo para que los pobres del mundo imiten su mansedumbre y absoluta falta de sed de justicia, fueron a estrechar manos a los inmundos racistas y segregacionistas de los presidentes surafricanos como Swart (1961-1967), Naudé (1967-1968), Fouché (1968-1975), De Klerk (Johannes, 1975), Diederichs (1975-1978), Viljoen (1978 y 1979-1984), Vorster, (1978-1979), Botha (1984-1989), Heunis (1989) y finalmente De Klerk (Willen, 1989-1994), que finalmente se tuvo que rendir a la evidencia y terminó liberando a Mandela.

Otra forma de ver el cinismo occidental desde fuera de la mítica cueva de las sombras platónica es analizar los premios concedidos a Mandela. De los cincuenta doctorados Honoris Causa y cientos de premios y galardones, apenas uno de ellos el Bharat Ratna se lo concedieron en la India (el de mayor prestigio allí, y único extranjero al que se lo concedieron junto a Teresa de Calcuta) fue en 1958, en plena lucha contra el gobierno racista que también combatió Gandhi. El resto, la inmensa mayoría, le fueron concedidos a toro pasado, cuando ya estaba fuera de prisión y era figura internacional, a pesar de muchos, y el gobierno racista había perdido el poder nominal. Sólo el Simón Bolívar le fue concedido con Mandela todavía en prisión (1983), así como el oportunista premio Sajarov en 1988, cuando ya era un clamor que había que hacer algo con este hombre y el Premio Internacional Al Gadafi por los Derechos Humanos (1989) le fueron concedidos estando todavía en prisión, pero a punto ya de salir. El resto esperaron pudorosa y vergonzosamente a que su salida le hiciese mundialmente famoso. Hay silencios que hablan por sí solos.

Otro de los grandes silencios de los medios de estos días, grandes proyectores de sombras distorsionadas a conveniencia, es el feo asunto de la bomba atómica sudafricana. Los gobiernos racistas de Sudáfrica comenzaron en 1969 una carrera nuclear y empezaron a enriquecer uranio, sin que ninguna de las grandes potencias que ahora tanto se rasgan las vestiduras con Irán, hubiese dicho ni pío. En 1977 un satélite de vigilancia soviético detectó un polígono de pruebas nucleares en el desierto de Kalahari. Los soviéticos alertaron a los EE. UU. que sobrevolaron con aviones espías y confirmaron las sospechas soviéticas…pero sin hacer gran cosa. El Washington Post publicó en agosto de 1977, un artículo citando a un militar estadounidense que aseguró que estaban seguros de que las preparaciones eran para una prueba nuclear. Los occidentales dijeron haber aumentado la presión diplomática con la amenaza de “aislara Sudáfrica de todas las antiguas colonias francesas”. Una presión ridícula y desde luego muy cínica, si se la compara con la que lleva años sufriendo Irán, al que jamás le han descubierto ningún polígono de pruebas nucleares. En esos años, la cooperación para desarrollo, pruebas y ensayos de armamento nuclear entre dos Estados racistas y segregacionistas, como Israel y Sudáfrica quedó totalmente constatada. La falta de voluntad de intentar parar la culminación del arma nuclear en Sudáfrica (o en Israel) por parte de Occidente, lo muestra el hecho de que los años posteriores, la racista Israel llegase a producir más de un centenar de bombas atómicas y que la segregacionista Sudáfrica siguiera adelante con su programa atómico. Cuando llegó el momento de no poder resistir más la liberación de Mandela, ese mismo año, el entonces presidente racista de Clerk notificó internacionalmente la fabricación de su primera bomba atómica. Y solo cuando ya intuían que si abrían cualquier tipo de urna, Mandela, un pacifista negro, llegaría al poder, en 1993, de Klerk anunció que desmantelaría seis armas nucleares que ya habían producido y permitió a la AIEA, ahora tan estrecha para con Irán, que comprobase este extremo y firmó el tratado de Pelindaba, declarando a Sudáfrica libre de armas nucleares, justo para que Mandela llegase sin este recurso a ejercer su poder virtual.

Es decir, nuestro querido Occidente, que da lecciones al mundo de cómo ser demócrata y respetuoso con los Derechos Humanos, hacía la vista gorda con fascistas racistas y segregacionistas para que construyesen armamento nuclear y callaba, consentía e incluso fomentaba, bien por inacción o incluso por cooperación y apoyo directo, los crímenes y abusos contra la población mayoritariamente negra de Sudáfrica. Y por supuesto, no podía tolerar que un pacifista como Mandela tuviese un maletín con el botón para lanzar seis bombas atómicas. Netanyahu sí puede, Mandela, no.

Esta es la verdadera imagen directa y de la razón que no verán los prisioneros de la cueva de las grandes mentiras de la televisión y demás medios occidentales.

Negros y pobres del mundo. Humillados violados y vejados del mundo: seguid el ejemplo de Mandela, nos dicen proyectando la imagen en la cueva: aguantad cárcel durante décadas, aguantad humillaciones, postergaciones, abusos, crímenes y si llegáis a salir de la cárcel algún día y por alguna misteriosa conjunción planetaria, llegais a poder detentar el poder, aunque sea virtual, no olvidar dejar incólumes a los criminales, apelando a la necesidad de reconciliación, del perdón y de la concordia. ¿Les suena este mensaje? Lo lleva predicando (no con el ejemplo) dos milenios alguna iglesia: aguantad que en la próxima vida todo será mejor. Ahora, a tragar y si toca, a perdonar (los de abajo a los de arriba, no al revés) 

Nosotros, los ricos, los White Anglo-Saxon People (WASP), los grandes de España y del mundo, las élites, los de siempre, el 1%, podemos, mientras tanto, seguir con nuestros propios héroes sin que se nos caiga la cara de vergüenza ni tengamos que pedir perdón por nada. Así, podremos seguir alabando las proezas de John Wayne asesinando indios a mansalva, con la misma falta de conciencia de culpa con que yo derribaba a los patitos en las ferias con la escopetilla de plomos. Podremos seguir admirando a Isabel la Católica, aunque secuestrase niños e hiciese barbaridades múltiple con los pobladores ibéricos musulmanes y judíos, porque era nuestra y era de comunión diaria, como nuestro actual ministro del Interior, el de las concertinas (¡bonito nombre para tal instrumento!) como elemento democrático y disuasorio. Colóquense, dice el ministro con la misma autoridad con que Chávez decía "exprópiese" y luego se va a comulgar en ayunas, eso si a la capillita privada. Podremos seguir teniendo de héroes a Hernán Cortés y a Pizarro, dos sanguinarios personajes que no tenían que perdonar nada a nadie y menos a Moctezuma o a Atahualpa. Podremos seguir alabando al enano saltarín de Napoleón en las escuelas francesas, aunque llenase de sangre Europa, eso si, en defensa de la liberté, egalité y fraternité y de la modernidad y el progreso. Seguiremos teniendo museos dedicados al insigne Leopoldo II de Bélgica, el gran genocida del Congo, en el que los negros se disecaban como en el museo de Banyoles, junto a los “monos de otras especies”. Nosotros, los que nos creemos blancos y nos sabemos superiores, podremos seguir teniendo gurkas asesinos en serie en el ejército británico para degollar soldados argentinos ateridos de frío en Malvinas, porque como decía Gila “A mi me gusta la guerra, porque matas y no te dice nada la policía”. Nosotros, podemos seguir teniendo senadores cuyos papás todavía vivos y antiguos senadores, votaban en 1963, que los negros estadounidenses tenían que ir en la parte de atrás de los autobuses, mear en váteres diferentes y no podían ir a la Universidad, pero que hoy dan clases de democracia a todo el mundo.

Nosotros, las élites, no tenemos por qué tener héroes que aguanten prisión durante décadas y sufran torturas y vejaciones sin cuento y  que luego cuando lleguen al poder, perdonen o que sean magnánimos con sus verdugos. Mejor tener héroes que asesinen bien y masivamente, pero que cumplan su objetivo y sean “eficaces” y “competitivos”. Viva el Capitán Trueno, el Capitán América, el racista Tintín, viva Don Pelayo y Santiago y cierra España. Viva Randolph Hearst y Monroe y su doctrina “asimétrica” americana. Que Sajarov que inventó la bomba H, y la puso en manos de los militares soviéticos, pueda ser Nobel de la Paz, simplemente porque luego abjuró del comunismo. Que sean Nobeles de la Paz Menahem Begin o Sadat u Obama, otro blanco honorario (Chomsky dixit) como Mandela.

Pero, señores y señoras, no se crean ustedes que por ser españoles ya son necesariamente blancos de primera o élites del 1%. Nosotros tenemos también nuestras cuevas particulares, donde nos proyectan las sombras que quieren convertirnos en realidad. El día antes del 35 aniversario de la aprobación de la última Constitución española, se emitía en la gran caverna mediática de RTVE, por enésima vez (una mentira repetida mil veces, se convierte en una realidad. Goebbels), un extenso monográfico sobre otro de nuestros héroes: Adolfo Suárez, otro ejemplo de transición y perdón, aunque mucho más chusco que Mandela. Porque éste no sólo no pasó prisión ni vejaciones, sino que llegó vestido de falangista (Ministro Secretario General del Movimiento). Pero amigo, tiene carácter de héroe, porque también dejó a criminales y genocidas impunes  y con todo su poder real y efectivo, apelando a la necesidad de una “transición” pacífica. Todavía hoy los gobiernos actuales siguen llenos de cachorros de notables franquistas. Todo un ejemplo de cómo se nos induce un modelo de héroe de cagarruta, al grito de “podía haber sido peor y haber vuelto a otra guerra civil”. Todavía hoy, 35 años después de la Carta Magna, siguen los cadáveres de miles de asesinados en las cunetas, sin poder ser llevados al cementerio; por no hablar de un mínimo de justicia para las víctimas.

Nosotros, los don nadie tenemos que adoptar el modelo de héroe que si llega de milagro a algún tipo de poder, debe perdonar a los grandes criminales y torturadores. Los de siempre, los torturadores habituales, los grandes genocidas, no perdonan nunca.

Así es la caverna de Platón y así se lo cuento desde fuera de la misma. Ahora si quieren, me cuelgan de los pulgares, por haberles dejado algo incómodos mientras leen esto. Madiba, descansa en paz, que tu no tienes la culpa de esto. La tienen los que manejan los proyectores en la caverna.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sumar para cambiar

Sumar para cambiar


LA ASAMBLEA POR EL CAMBIO SOCIAL EXTIENDE SU MENSAJE PARA GANAR COMPROMISOS PARTICULARES
PAMPLONA, ELENA URABAYEN - Lunes, 9 de Diciembre de 2013 - Actualizado a las 06:05h

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Iñaki Arzoz, Ainara Oyaga y Chema Berro, miembros del grupo de trabajo permanente de la Asamblea por el Cambio Social.
Iñaki Arzoz, Ainara Oyaga y Chema Berro, miembros del grupo de trabajo permanente de la Asamblea por el Cambio Social. (Patxi Cascante)


HACE precisamente un año que comenzó a andar a Asamblea por el Cambio Social en Navarra con el objetivo de ser una herramienta de unión entre personas de diferente ideología u origen bajo la premisa de que la situación actual requiere un cambio profundo. Una transformación profunda en lo político, lo social, las estructuras institucionales... En definitiva, un cambio de sistema que anteponga los intereses de las personas a todo lo demás.
Un horizonte ambicioso pero nada fácil cuyas bases han comenzado a cimentar durante estos últimos doce meses personas de diferentes colectivos sociales y de partidos políticos a modo individual que han trabajado de forma transversal y siempre desde el consenso para elaborar el primer "acuerdo de mínimos". Aunque se trata de un documento abierto a posibles nuevos cambios, los miembros del grupo de trabajo permanente y los participantes en las tres asambleas que hasta ahora se han celebrado, han acordado 14 ejes base referidos desde los derechos sociales, económicos y laborales, hasta el proceso de paz.
Ahora, con las bases definidas, el objetivo de este colectivo es darse a conocer e ir sumando el compromiso de más y más gente hasta que el cambio sea imparable.
VIERNES, EN SAN FRANCISCO Para ello han organizado el primer acto público para este viernes en las escuelas de San Francisco de Pamplona (19.00 horas), donde personas de varios ámbitos tratarán de desgranar la importancia de tomar parte activa en un proceso como este y la posibilidad de extender la iniciativa a otras localidades más allá de Pamplona.
Lo tienen claro Iñaki Arzoz, Chema Berro y Ainara Oyaga, integrantes del grupo de trabajo permanente de la asamblea, que destacan que "solo de forma conjunta, sumando las fuerzas de todos y todas, centrándonos en lo que nos une y no en lo que nos separa, lograremos un cambio real". Conscientes de que su apuesta puede parecer una utopía para muchos, abogan por llevar a cabo un proceso basado en la confluencia de diferentes, de forma sosegada, sentando bien los pilares, para hacer posible una transformación profunda que deberá llevar conjunto inevitablemente un cambio político, pero no solo una alternancia sino del modelo. "Los movimientos sociales que hay hoy en día chocan siempre contra el muro de la política. Con la globalización empezaron a quitarnos la política y con la crisis nos la han quitado del todo, no existe política. Es necesario un cambio de modelo político que pase por una mayor participación. Hay que recuperar la política, y tiene que servir para repolitizar a los movimientos sociales y para fijar un horizonte común, más allá de las diferencias", afirma Chema Berro. "Tenemos que dejar de ser un rebaño para ser pastores y los dueños de nuestro propio futuro, ha de llegar el empoderamiento ciudadano. Los políticos no tocan el fútbol porque la sociedad no se lo permitiría, hagamos que no puedan tocar otras muchas cosas", añade Oyaga.
En todo este proceso, la diferencia entre los participantes es vista como un potencial y no como una desunión y el colectivo está abierto a todas las sugerencias. "No queremos imponernos ni sustituir a nadie sino ir sentando las bases e ir sumando compromisos para hacer un gran auzolan que haga posible el cambio", apunta Iñaki Arzoz.
El colectivo, en el que toman parte decenas de colectivos sociales y personas de partidos como I-E, PSN o Sortu, está preparando una gran marcha para la próxima primavera ante la cual se ha puesto en marcha una campaña de adhesiones -o compromisos- que pueden realizarse por medio del correo electrónico info@asambleaporelcambiosocial.org. Bajo el lema Navarra, por el cambio social se pretende movilizar a la mayor parte posible de la población navarra y que colabore en la medida de sus posibilidades para hacer esta reivindicación lo más fuerte posible y que finalmente el cambio acabe siendo una realidad.


sábado, 7 de diciembre de 2013

Rendimientos decrecientes, TRE y Colapso. Por Gail Tverberg


Un documento que merece ser traducido (mejor o peor, según mi habilidad, que será mejorada por vosotr@s), y que voy a ir haciendo poco a poco, por dos razones:

1. PARA SU MEJOR COMPRENSION POR MI PARTE.

2. PARA LA MEJOR COMPRENSION POR PARTE DE QUIENES NO ENTIENDEN EL INGLES. 

Prefiero hacerlo así, poco a poco, y no de un golpe, porque de esta forma si algún lector ocasional se pasase por aquí y comprendiese el ingles, podrá extraer las mismas enseñanzas que yo he extraído, y tal vez, pueda ayudarme en la traducción. 

La traducción, al final del texto de Gail en ingles.





Diminishing Returns, Energy Return on Energy Invested, and Collapse


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What do diminishing returns, energy return on energy invested (EROI or EROEI), and collapse have to do with each other? Let me start by explaining the connection between Diminishing Returns and Collapse.
Diminishing Returns and Collapse
We know that historically, many economies that have collapsed were ones that have hit “diminishing returns” with respect to human labor–that is, new workers added less production than existing workers were producing (on average). For example, in an agricultural economy, available land might already have as many farmers as the land can optimally use. Adding more farmers might add a little more production–perhaps the new workers would keep weeds down a bit better. But the amount of additional food the new workers would produce would be less than what earlier workers were producing, on average. If new workers were paid on the basis of their additional food production, they would find that their wages dropped relative to those of the original farmers.
Lack of good paying jobs for everyone leads to a need for workarounds of various kinds. For example, swamp land might be drained to add more farmland, or irrigation ditches might be added to increase the amount produced per acre. Or the government might hire a larger army might to conquer more territory. Joseph Tainter (1990) talks about this need for workarounds as a need for greater “complexity.” In many cases, greater complexity translates to a need for more government services to handle the problems at hand.
Turchin and Nefedof (2009) in Secular Cycles took Tainter’s analysis a step further,  analyzing financial data relating to historical collapses of eight agricultural societies in operation between the years 30 B.C. E. and 1922 C. E.. Figure 1 shows my summary of the pattern they describe.
Figure 1. Shape of typical Secular Cycle, based on work of Peter Turkin and Sergey Nefedov.
Figure 1. Shape of typical Secular Cycle, based on work of Peter Turkin and Sergey Nefedov.
Typically, a civilization developed a new resource which increased food availability, such as clearing a large plot of land of trees so that crops could be planted, or irrigating an  existing plot of land. The economy tended to expand for well over 100 years, as the population grew in size to match the potential output of the new resource. Wages were relatively high.
Eventually, the civilization hit a period of stagflation, typically lasting 50 or 60 years, as the population hit the carrying capacity of the land, and as additional workers did not add proportionately more output. When this happened, the wages of common workers tended to stagnate or decrease, resulting in increased wage disparity. The price of food tended to spike. To counter these problems, the amount of government services rose, as did the amount of debt.
Ultimately, what brought the civilizations down was the inability of governments to collect enough taxes for expanded government services from the increasingly impoverished citizens. Other factors played a role as well–more resource wars, leading to more deaths; impoverished common workers not being able to afford an adequate diet, so plagues were more able to spread; overthrown or collapsing governments; and debt defaults. Populations tended to die off.  Such collapses took place over a long period, typically 20 to 50 years.
For those who are familiar with economic theory, the shape of the curve in Figure 1 is very similar to the production function mentioned in Two Views of our Current Economic and Energy Crisis. In fact, the three main phases are the same as well. The issue in both cases is diminishing returns ultimately leading to collapse.
There seems to be a parallel to the current world situation. The energy resource that we learned to develop this time is fossil fuels, starting with coal about 1800. World population was able to expand greatly because of additional food production permitted by fossil fuels and because of improvements in hygiene. A period of stagflation began in the 1970s, when we first encountered problems with US oil production and spiking oil prices.  Now, the question is whether we are approaching the Crisis Stage as described by Turchin and Nefedov.
Why Might an Economy Collapse?
Let’s think about how an economy operates. It is built up from many parts, over time. It includes one or more governments, together with the laws and regulations they pass and together with their financial systems. It includes businesses and consumers. It includes built infrastructure, such as roads and electricity transmission lines. It even includes traditions and customs, such as whether savings are held in gold jewelry or in banks, and whether farms are inherited by the oldest son. As each new business is formed, the owners make decisions based on the business environment at that time, including competing businesses, supporting businesses, and the number of customers available. Customers also make decisions on which product to buy, based on the choices available and the prices of these products.
Over time, the economy gradually changes. Some parts of the economy gradually wither and are replaced by new parts of the system. For example, as the economy moved from using horses to cars for transportation, the number of buggy whip manufacturers decreased, as did the number of businesses raising horses for use as draft animals. Customs and laws gradually changed, to reflect the availability of automobiles rather than horses for transportation. In some cases, governments changed over time, as increased wealth allowed more generous social programs and wider alliances, such as the European Union and the World Trade Organization.
In the academic field of systems science, an economy can be described as a complex adaptive system. Other examples of complex adaptive systems include ecosystems, the biosphere, and all living organisms, including humans. Because of the way the economy is knit together, changes in one part of the system tend to affect other parts of the system. Also, because of the way the system is knit together, the system has certain requirements–requirements which are gradually changing over time–to keep the economy operating. If these requirements are not met, the economy may collapse, just as the eight economies studied by Turchin and Nefedov collapsed. In many ways such a collapse is analogous to an animal dying, or climate changing, when conditions are not right for the complex adaptive systems that they are part of.
Clearly one of the requirements that an economy has, is that it needs to be wealthy enough to afford the government services that it has agreed to. Scaling back those government services is one option, but when these services are really needed because citizens are getting poorer and finding it harder to find a good-paying job, this is hard to do. The other option, unfortunately, seems to be collapse.
The wealth of an economy is very much tied to the availability of cheap energy. A huge uplift is added to an economy when the (value added to society) by an energy resource such as oil greatly exceeds its (cost of production). Over time, the cost of production tends to rise, something measured by declining EROI. The uplift added by the difference between (value added to society) and (cost of production) is gradually lost. Some would hypothesize that the falling gap between (value added to society) and the (cost of production) can be compensated for by technology changes and improvements in energy efficiency, but this has not been proven.
Our Economy is Already in a Precarious Position
As I indicated in my most recent post, if a person computes average wages by dividing total US wages by total US population (not just those employed), the average wage has flattened in recent years as oil prices rose. Median wages (not shown on Figure 2) have actually fallen. This is the same phenomenon observed in the 1970s, when oil prices rose. This is precisely the phenomenon that is expected when there are diminishing returns to human labor, as described above.
Figure 2. Average US wages compared to oil price, both in 2012$. US Wages are from Bureau of Labor Statistics Table 2.1, adjusted to 2012 using CPI-Urban inflation. Oil prices are Brent equivalent in 2012$, from BP’s 2013 Statistical Review of World Energy.
Figure 2. Average US wages compared to oil price, both in 2012$. US Wages are from Bureau of Labor Statistics Table 2.1, adjusted to 2012 using CPI-Urban inflation. Oil prices are Brent equivalent in 2012$, from BP’s 2013 Statistical Review of World Energy.
The reason for the flattening wages is too complicated to describe fully in this post, so I will only mention a couple of points. When consumers are forced to spend more for oil for commuting and food, they have less to spend on discretionary spending. The result is layoffs in discretionary sectors, leading to lower wage growth. Also, goods produced with high-priced oil are less competitive in the world market, if sellers try to recoup their higher costs of production. As a result, fewer of the products are sold, leading to layoffs and thus lower average wages for the economy.
In the last section, I mentioned that the economy is a complex adaptive system. Because of this, the economy acts as if there are hidden laws underlying the system, parallel to the laws of thermodynamics underlying physical systems. If oil supplies are excessively high-priced, very few new jobs are formed, and those that are created don’t pay very well. The economy doesn’t grow much, but it does stay in balance with the high-priced oil that is available.
The Government’s Role in Fixing Low Wages and Slow Economic Growth
The government ends up being the part of the economy most affected by slow economic growth and low job formation. This happens because tax revenue is reduced at the same time that government programs to help the poor and unemployed need to grow. The current approach to fixing the economy is (1) deficit spending and (2) interest rates that are kept artificially low, partly through Quantitative Easing.
The problem with Quantitative Easing is that it is a temporary “band-aid.” Once it is stopped, interest rates are likely to rise disproportionately. (See the recent Wall Street Journal editorial,” Janet Yellen’s Greatest Challenge.”) Once this happens, the economy is likely to fall into severe recession. This happens because higher interest rates lead to higher monthly payments for such diverse items as cars, homes, and factories, leading to a cutback in demand. Oil production may fall, because the cost of production will rise (because of higher interest rates), while the amount consumers have to spend on oil will fall–quite possibly reducing oil prices.  If interest rates rise, the amount the government will need to collect in taxes will also rise, because interest on government debt will also rise.
So we are already sitting on the edge, waiting for something to push the economy over. The Affordable Care Act (“Obamacare”) may provide a push in that direction. Inability to pass a federal budget could provide a push as well.  So could a European Union collapse. Debt defaults are another potential problem because debt defaults are likely to increase dramatically, as economic growth shrinks, as discussed in the next section.
Debt is Major Part of our Current Precarious Financial Situation
If an economy is growing, it is easy to add debt. People find it easy to find and keep jobs, so they can pay back debt. Businesses and governments find that their operations are growing, so borrowing from the future, even with interest, “makes sense.”
It is as also easy to add debt if the economy is not growing, but there is an ample supply of cheap oil that can be extracted if increasing debt can be used to ramp up demand. For example, after World War II, it was possible to ramp up demand for automobiles and trucks by allowing purchasers to use debt to finance their purchases. When this increased debt led to increased oil consumption, it greatly benefited the economy, because the (value to society) was much greater than the (cost of extraction). Governments were able to tax oil extraction heavily, and were also able to build new roads  and other infrastructure with the cheap oil. The combination of new cars, trucks, and roads helped enable economic growth. With the economic growth that was enabled, paying back debt with interest was relatively easy.
The situation we are facing now is different. High oil prices–even in the $100 barrel range–tend to push the economy toward contraction, making debt hard to pay back. (This happens because we are borrowing from the future, and the amount available to repay debt in the future will be less rather than more.) The problem can be temporarily covered up with deficit spending and Quantitative Easing, but is not a long-term solution. If interest rates rise, there is likely to be a large increase in debt defaults.
The Role of Energy Return on Energy Invested (EROI or EROEI)
EROI is the ratio of energy output over energy input, a measure that was developed by Professor Charles Hall. To calculate this ratio, one takes all of the identifiable energy inputs at the well-head (or where the energy product is produced) and converts them to a common basis. EROI is then the ratio of the gross energy output to total energy inputs. Hall and his associates have shown that EROI of oil extraction has decreased in recent years (for example, Murphy 2013), meaning that we are using increasing amounts of energy of various kinds to produce oil.
In previous sections, I have been discussing diminishing returns with respect to human labor. Oil and other energy products are forms of energy that we humans use to leverage our own human energy. So indirectly, diminishing returns with respect to the extraction of oil and other energy products, as measured by declining EROI, will be one portion of the diminishing returns with respect to human labor. In fact, declining EROI may be the single largest contributor to diminishing returns with respect to human labor. This will happen if, in fact, low EROI correlates with high oil price, and high oil prices leads to diminished wages (Figure 2). This may be the case, because David Murphy (2013) indicates that the relationship between EROI and the price of oil is in fact inverse, with oil prices rising rapidly at low EROI levels.
Contributors to Declining Return on Human Labor
Human labor is the most basic form of energy. We humans supplement our own energy with energy from many other sources. It is this combination of energy from many sources that is reflected in the productivity of humans. For example, we take it for granted that we will have tools made using fossil fuels and that we will have electricity to power computers. Before fossil fuels, humans supplemented their energy with energy from animals, burned biomass, wind, and flowing water.
What besides declining EROI of fossil fuels would lead to diminishing returns with respect to human labor? Clearly, the same problems that were problems years ago continue to be problems. For example, growing world population tends to lead to diminishing returns with respect to human labor, because resources such as arable land and fresh water are close to fixed. Greater world population means that on average, each gets person less. Oil production is not rising as rapidly as world production, so the quantity available per person tends to drop as world population rises.
Soil degradation is another issue, according to David Montgomery, in Dirt: The Erosion of Civilizations (2007). Declining quality of ores for metals is another issue. The ores that are cheapest to extract are extracted first. We later move on to poorer quality ores, and ores in less accessible locations. These require more oil and other fossil fuels for extraction, leaving less for other purposes.
There are other more-modern issues as well. Growing populations in areas where water is scarce lead to the need for desalination plants. These desalination plants use huge amounts of fossil fuel resources (oil in the case of Saudi Arabia) (Lee 2010), leaving less energy resources for other purposes.
Globalization is another issue. As the developing world uses more oil, less oil is available for the part of the world that historically has used more oil per capita. The countries with falling oil consumption tend to be the ones that recently have had the most problems with recession and job loss.
Figure 3. Oil consumption based on BP's 2013 Statistical Review of World Energy.
Figure 3. Oil consumption based on BP’s 2013 Statistical Review of World Energy.
An indirect part of diminishing returns with respect to human labor has to do with what proportion of the citizens is actually able to find full-time work in the paid labor force, and whether the jobs available are actually using their training and abilities. The Bureau of Labor Statistics calculates increases in output per hour of paid labor. I would argue that this is not a broad enough measure. We really need a measure of output peravailable full-time worker.
Obviously, there are potential offsets. We hear much about technology improvements and increased efficiency offsetting whatever other problems may occur. To me, the real test of whether there is diminishing returns with respect to human labor is how wages are trending, especially median wages. If these are not keeping up with inflation, there is a problem.
Conclusion
We don’t often think about the return on human labor, and how the return on human labor could reach diminishing returns. In fact, human labor is the most basic source of energy we have. Stagnating wages and higher unemployment of the type experienced recently by the United States, much of Europe, and Japan look distressingly like diminishing returns to human labor.
Stagnation of wages is happening despite attempts by governments to prop up the economy using deficit spending, artificially low interest rates, and Quantitative Easing. Without these interventions, the results would likely be even worse. If QE is removed, or if interest rates rise on their own, there seems to be a distinct possibility that these countries will be reaching the “crisis” phase as described by Turchin and Nefedov.
Historical experience suggests that a major danger of diminishing returns to human labor is that governments costs will rise so high, and wages will drop so low, that it will be impossible for the government to collect enough taxes from wage-earners. In fact, there seems to be evidence we are already headed in this direction. Figure 4 (below) shows that  the US ratio of government spending to wages has been rising since 1929. Government receipts have leveled off in recent years.
Figure 4. Based on Table 2.1 and Table 3.1 of Bureau of Economic Analysis data. Government spending includes Federal, State, and Local programs.
Figure 4. Based on Table 2.1 and Table 3.1 of Bureau of Economic Analysis data. Government spending includes Federal, State, and Local programs.
Adding more health care services under the Affordable Care Act will only increase this trend toward growing government expenditures.
One issue is how the financial benefit of human labor (together with the energy sources leveraging this labor) is split among businesses, governments, and humans. Businesses have the most control in this. If an endeavor is not profitable, they can discontinue it. If cheaper labor is available elsewhere, they can cut hold down wages in countries with higher wages. They also have the option of increased mechanization. Humans and governments both tend to get shortchanged. As the overall return of the system reaches limits, wages of humans tend to stagnate. Governments find themselves with greater and greater costs, and more and more difficulty collecting funds from increasingly impoverished citizens.
Most authors of academic articles assume that the challenge we are facing is one that can be solved over the next, say, the next fifty years. They also seem to believe that the fixes required are simply small adjustments to our current economy. This assumption seems optimistic, if we are really approaching financial collapse.
If we are in fact near the crisis stage described by Turchin and Nefedov, we will need to do something much closer to “start over”. We need to build a new economy that will work, rather than just “tweak” the current one. New (or radically changed) government and financial systems will likely be needed–ones that are much less expensive for taxpayers to fund. We are also likely to need to cut back on basic services, including maintaining paved roads and repairing long-distance electricity transmission lines.
Because of these changes, whole new ways of doing things will be needed. EROI analyses that have been to date represent analyses of how our current system operates. If major changes are needed, their indications may no longer be relevant. We cannot simply go backward, because methods that worked in the past, such as using draft horses and buggy whips, will no longer be available without a long development period. We are truly facing an unprecedented situation–one that is very hard to prepare for.

About Gail Tverberg

My name is Gail Tverberg. I am an actuary interested in finite world issues - oil depletion, natural gas depletion, water shortages, and climate change. Oil limits look very different from what most expect, with high prices leading to recession, and low prices leading to inadequate supply.
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2 Responses to Diminishing Returns, Energy Return on Energy Invested, and Collapse


  1. wredwards says:
    Interesting thought sequence. Perhaps in your next post you will outlying remedial steps you might suggest.

  2. Lindon says:
    Gail, I eagerly await each of your new posts, but this is the first time that I’ve been able to be (one of) the first to post a comment. I was checking my email at work, received your automated notification (that I signed up to receive), and thus my Friday afternoon was “made”.
    As usual, your posts stir many thoughts in my mind. But here’s one that I would like to comment on, to start with. You write:
    “Most authors of academic articles assume that the challenge we are facing is one that can be solved over the next, say, the next fifty years. They also seem to believe that the fixes required are simply small adjustments to our current economy”
    I can’t remember exactly where, but I read a great article that explored the question of why so many academics and scientists and beaurocrats take public stances and produce written opinions that totally ignore or purposely attempt to debunk the possibility of economic collapse. To those legions of us who look at the evidence and wonder how the current system manages to creak along from day to day, much less how it will keep providing BAU well into the future, we find ourselves in a somewhat surreal world when the supposed “experts” and “leaders” are denying a reality that so clearly exists.
    The reason, I believe, is because the powers that be simply MUST keep BAU going, at least until they can no longer do so. The academics and the scientists and the beaurocrats MUST “bye in” to this doctrine — the doctrine of “lying one’s ass off to deny reality” — because to do otherwise would bring immediate ridicule and a “mini-collapse” of their own privileged position in society (in other words, they would lose their job and income, most likely). So, what we get is a “leadership” and a mass media that very actively promotes one “reality”, while denying or downplaying any possibility that collapse or breakdown is imminent, or anywhere on the horizen.
    It is a strange and surreal world that we live in these days, when we know that we are being lied to daily, and when we know that our current way of life is hanging on a thread, duct-taped and bubble-gummed together, destined to fail tomorrow or the next day or maybe a little further down the road. But fail it will. And then what?
    Thanks for being one of those strong and clear voices of reason who help people like me cut through the lies and propaganda, and who validate my perception of what reality REALLY is.


    Rendimientos decrecientes, Tasa de Retorno Energético (TRE) y Colapso.


    Qué tienen que ver entre sí, los rendimientos decrecientes, la Tasa de Retorno Energético (TRE) y el colapso? Dejadme comenzar por la conexión entre Rendimientos Decrecientes y Colapso.

    Rendimientos Decrecientes y Colapso
    Sabemos que, históricamente, muchas de las economías que han colapso eran aquellas que habían alcanzado "rendimientos decrecientes" en relación con el trabajo humano - esto es, nuevos trabajadores añadían menos producción que la que estaban produciendo los trabajadores existentes (como media). Por ejemplo, en una economía agrícola, la tierra fértil podía ya tener tantos agricultores como los que la tierra podía albergar en un uso óptimo. Añadiendo más agricultores se podía aumentar un poco más la producción - quizás los nuevos trabajadores podrían quitar las malas hierbas un poco mejor. Pero la cantidad de alimento adicional que los nuevos trabajadores podían producir era menor (como media) que los anteriores trabajadores estaban produciendo. Si los nuevos trabajadores fuesen pagados sobre la base de su producción adicional de alimento, ellos se encontrarían con que sus salarios se reducían relativamente en comparación con la de los agricultores iniciales.

    La falta de trabajos bien pagados conduce a la necesidad de soluciones de varias clases. Por ejemplo, las tierras empantanadas deben ser drenadas para añadir más tierra de cultivo, o hay que aumentar las acequias de irrigación para incrementar la cantidad producida por acre. O el gobierno debe contratar un mayor ejército para conquistar más territorio. Joseph Tainter (1990) explica esta necesidad de soluciones como la necesidad de una mayor "complejidad". En muchos casos
    á
    é
    í
    ó


     Joseph Tainter (1990) talks about this need for workarounds as a need for greater “complexity.” In many cases, greater complexity translates to a need for more government services to handle the problems at hand.
    Turchin and Nefedof (2009) in Secular Cycles took Tainter’s analysis a step further,  analyzing financial data relating to historical collapses of eight agricultural societies in operation between the years 30 B.C. E. and 1922 C. E.. Figure 1 shows my summary of the pattern they describe.
    Figure 1. Shape of typical Secular Cycle, based on work of Peter Turkin and Sergey Nefedov.
    Figure 1. Shape of typical Secular Cycle, based on work of Peter Turkin and Sergey Nefedov.
    Typically, a civilization developed a new resource which increased food availability, such as clearing a large plot of land of trees so that crops could be planted, or irrigating an  existing plot of land. The economy tended to expand for well over 100 years, as the population grew in size to match the potential output of the new resource. Wages were relatively high.