jueves, 3 de marzo de 2011

¿Justicia global?

PÚBLICO.ES

Del consejo editorial

Justicia global


03 mar 2011

FRANCISCO BALAGUER
Catedrático de Derecho Constitucional

Ante una crisis internacional, la función del Ministerio de Asuntos Exteriores “no consiste en hacer cosas sino en explicar por qué no se puede hacer nada”. Una frase similar a esta, procedente de la serie inglesa Yes, Prime Minister, nos da la clave de la incapacidad actual de los estados para responder a situaciones de crisis que requieren una respuesta inmediata. Pese a las medidas que se han adoptado en el marco de la ONU, realmente inusuales tanto por su alcance cuanto por el consenso que han suscitado, lo cierto es que el régimen libio sigue masacrando a su población y ofreciendo a la opinión pública mundial un dramático espectáculo de muerte y de dolor.

Poco consuelo nos puede ofrecer la promesa de que, tras el desenlace final de este conflicto, el dictador y sus secuaces serán juzgados por sus crímenes, mientras nadie impide que estos se sigan cometiendo. Existe una contradicción innegable entre el desarrollo de un espacio público global, en el que el régimen libio ha sido ya objeto de condena por una incipiente ciudadanía universal, y la impotencia de los estados democráticos frente a la barbarie y el terror. Ni siquiera se ha acordado todavía establecer una zona de exclusión aérea que impida, al menos, el bombardeo de la población por parte de la aviación leal al régimen.

Al tiempo que se acepta incondicionalmente el debilitamiento progresivo de la soberanía estatal frente a los agentes económicos que han asumido el liderazgo del proceso de globalización, se sigue respetando la soberanía del Estado para intervenir en sus asuntos “internos” de manera despótica y brutal. El poder del Estado no sirve de barrera para proteger los derechos de la ciudadanía frente a los especuladores pero sí puede servir de instrumento para vulnerarlos masivamente, sin que la comunidad internacional consiga hacer nada para evitarlo.

La idea de justicia global no puede basarse sólo en la condena penal de los dictadores derrocados por sus pueblos, sino que debe consistir también en evitar que puedan cometer sus crímenes y en cuestionar la existencia misma de regímenes dictatoriales, por muchas reservas de petróleo que tengan.



Otro artículo más que no hace más que difundir un mensaje concreto: el que les interesa divulgar a las minorías imperialistas.

Para abrirnos los ojos escuchemos lo que dicen los responsables del pentágono sobre los supuestos ataques aéreos del ejército libio:

"Hemos tenido noticias e informes de los mismos, PERO NO LOS HEMOS PODIDO CONFIRMAR"

Y sigamos escuchando a los mismos responsables del pentágono sobre una de las medidas que se están debatiendo, la de bloquear el espacio aéreo libio, a la que afortunadamente se oponen, Francia, Rusia y otros países:

"Para crear una zona de exclusión aérea es necesario, previamente destruir las defensas antiaéreas, por lo que previamente HABRÍA QUE BOMBARDEAR EL PAÍS"

Afortunadamente los propios responsables militares del Imperio, tienen más sentido común y objetividad, que todos los corifeos al servicio del Imperialismo capitalista, entre los que incluyo, por supuesto, a la impresentable ministra de AA EE española, y a su Presidente, que se atreve a dar consejos a los tunecinos, cuando lo que tendría que hacer es ser consecuente con el ideario político de su partido, el programa de gobierno por el que fue votado por los españoles, y los intereses mayoritarios del pueblo español, y no legislar a favor de los intereses de las minorías capitalistas dirigentes, representadas por los burócratas de Bruselas, del FMI, del BM, del BCE, por los banqueros españoles, y por los directivos de las transnacionales españolas y de la patronal.

¿Por qué no se nombra una comisión de la ONU que estudie la realidad de lo sucedido, como ha propuesto el mismo Gadafi?

La verdad siempre se acaba sabiendo, aunque a veces sea demasiado tarde.

Solidaridad, Salud y Salu2

AMADEUS

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