martes, 24 de febrero de 2009

El porqué hay que socializar la banca.

¿Y qué hacen los banqueros?
¿Son mejores que los políticos?
A los políticos se les puede cambiar.
Hay que establecer un auténtico control democrático de los políticos.
¿Quién controla a los CEO's de las multinacionales?
¿Quién decide que se cierra la planta de Wolkswagen en Navarra, y no la de Barcelona?
¿Quién decide las deslocalizaciones de nuestras industrias?
Yo no digo que los políticos sean santos, que algunos, pocos, los son.
Lo que digo, lo he dicho siempre y lo seguiré diciendo, es que el sistema capitalista, que fue un gran avance sobre el el feudalismo del Ancien Régime, es intrínsecamente perverso, y que encierra en su propia dinámica estas contradicciones que ahora nos toca vivir con todo su dramatismo, que se llaman crisis.
E igual que en física, la ley de Gay-Lussac, sigue siendo válida para explicar algunos de los fenómenos de los gases bajo determinados supuestos, por mucho que la teoría de la realitividad y el principio de incertidumbre, la puedan poner en cuestión en situaciones límites, como el big-bang, el análisis marxista para comprender la naturaleza de las crisis en el sistema capitalista sigue siendo válido.
Y eso no tiene nada que ver con el comunismo ni con el socialismo. Simplemente tiene que ver con el análisis de las raices de la realidad económica y de las relaciones sociales en un sistema de organización social como es el capitalismo, por mucho que lo queramos disfrazar de lagarterana multinacional y global.
¿Cuándo un banquero va a gestionar un banco en función de los intereses de la globalidad de los ciudadanos?
NUNCA.
¿Puede un gobierno gestionar uin banco en función de los intereses de los ciudadanos?
SÍ.
Por suspuesto que puede no hacerlo.
Por supuesto que puede equivocarse.
Por supuesto que puede eludir el control de los ciudadanos.
Por supuesto que los ciudadanos podemos renunciar a nuestro deber de controlar a los políticos.
Pero hay por lo menos una probabilidad.
En el caso anterior, no os hagáis ninguna ilusión. No hay ninguna.
Bueno, alguna puede haber. Nos podemos encontrar con un filántropo que gestione un banco eficazmente en beneficio de la comunidad. Yo conozco uno. Aunque ese que conozco, surgió como una necesidad de un movimiento autogestionario que se veía cercenado por los bancos españoles, allá por la década de los 60. Pero no es un banquero en el sentido habitual de la palabra. Es un movimiento autogestionario que crea una herramienta bancaria, como creó una herramienta de seguridad social, para cubrir las carencias del Régimen de los autónomos, y que creó su propio centro de investigación, pues entendía que la investigación era una herramienta esencial para su desarrollo. Y todo bajo el control de las respectivas asambleas. Con todas las limitaciones, Con todas las maniobras políticas, Con todas las imperfecciones. Con todas las manipulaciones. Pero cada año, si no antes, a verse la cara en las Asambleas.
Por supuesto que las oligarquías nos intoxicarán hasta la saciedad, y nos hará creer que somos unos palurdos que no sabemos nada de gestión financiera.
Pamplinas.
El primer Director General de aquel Banco era un perito mecánico o electrónico, ahora no me acuerdo, inteligente, trabajador y luchador, apoyado por un montón de gente, y con las ideas claras. Y su sueldo era 4 veces y media más alto que la del trabajador que cobraba menos, que prácticamente ninguno estaba en ese nivel. Y eso cobraba cuando llevaba más de 20 años en ese puesto que siempre estaba sujeto a la revocación por la Junta Rectora que se renovaba democráticamente, por mitades, cada 2 años.
Hay muchos mitos que hay que erradicar.
Y ahora es el momento.
El señor González, el actual presidente del BBVA, como todos sabéis, era el Presidente de un Banco Público, el Banco Exterior, que creó un gran consolidado bancario público ARGENTARIA, bajo las indicaciones de Solchaga, y que por esa moda de las privatizaciones se fusionó con el BBV para crear el BBVA.
O sea que un banco público PUEDE funcionar perfectamente y estar correctamente gestionado.
Como lo estaba ENDESA, empresa pública perfectamente gestionada por un equipo de excelentes profesionales pilotados por Feliciano Fuster, y que como consecuencia de esa misma moda, se privatizó, Aznar colocó como presidente a un compañero de pupitre, cuyo mayor mérito es haber creado una fortuna personal, que espero que se le haya esfumado en parte como consecuencia del actual crack, aunque me temo que ya la tendrá convertida en lingotes, y ahí tenemos ahora a la joya de la corona del extinto I.N.I., en manos del neofascista italiano.
Mientras no perdamos el miedo a llamar a las cosas por su nombre y nos dejemos acomplejar por la verborrea de cuatro lacayos, que en cuanto rascas, no tienen nada debajo, seguiremos siendo súbditos.
A las nacionalizaciones, no hay que tenerles ningún miedo. A lo que sí que hay que tener miedo es a las privatizaciones. Y a los hechos me remito.
AMADEUS

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