miércoles, 4 de febrero de 2009

¿Crisis económica de sobreproducción o crisis energética?

Si la causa fundamental de la crisis actual fuese la del petróleo, los precios del petróleo no se hubieran desplomado. Yo no niego, al contrario afirmo, que el petróleo no es una mercancía cualquiera, como no lo es el trabajo. Ambas tienen una capacidad de generar más valor del que se necesita para producirlos. Ambas son mercancías que en el proceso de transformación capitalista originan plusvalías: En el caso del trabajo, la fuerza de trabajo utilizada, genera más valor que el valor de las mercancías necesarias para producirla (o lo que es lo mismo genera una tasa de plusvalía, de la que resulta, en función de cuál sea la composición orgánica del capital, unas diferentes tasas de ganacia, lo que hoy, al introducir el tiempo en los cálculos, llamamos TIR). En el caso del petróleo, y el resto de las fuentes energéticas, el petróleo es capaz de generar más energía que la que se necesita para su puesta en servicio (eso es lo que significa una TRE positiva).
Pero sí esta crisis tuviera como causa principal el agotamiento del petróleo (o para ser más exactos el haber traspasado su peak, y haberse iniciado la fase de declinación de su extracción), los precios del petróleo no se hubieran derrumbado como lo han hecho, sino que hubieran seguido incrementándose, o cuando menos se hubieran mantenido a niveles en que sus costes totales se cubrieran (ahora cubren poco más de sus costes marginales de extracción). Lo que obviamente no ha sido el caso.

Son muchas las causas como lo droga, esgrimidas para explicar su estallido y persistencia. Es un hecho claro que el fenómeno se inició en Estados Unidos, tras una década de crecimiento económico, incremento del endeudamiento y especulación bursátil, con beneficios rápidos y fáciles.

Esta cita extraída textualmente de Wikipedia parece que describe milimétricamente las causas de la situación actual.
Sin embargo, si pincháis aquí, http://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Depresi%, comprobaréis de que se refiere a la GRAN DEPRESIÓN.
Y podría traeros otros muchos ejemplos, sacados del TRATADO SOBRE LOS CICLOS de Stey, que no harían más que corroborar lo anterior.
Las causas de esta crisis están calcadas de las del 29.
Por eso las medidas que hay que poner en práctica para aminorar sus efectos deben ser de corte keynesiano. Dicho esto, me apresuro a decir, que en cuanto se frene la caída, que es muy probable que alcancemos el peak, y la declinación acelerada de la extracción del petróleo. Por eso, junto a las medidas de corte keynesiano, hay que adoptar medidas de disminución del consumo de energía, y de inversión en energías alternativas. Es más, yo diría que lo que hay que hacer es impregnar las medidas anticíclicas de corte keynesiano con dichas políticas de disminución del consumo de energía y de desarrollo de energías alternativas.
Me explico. El gasto público debe destinarse a la inversión en energías alternativas, y en el fortalecimiento de industrias de alto empleo y bajo consumo energético, dejando que quiebren aquellas industrias de dudosa utilidad global y de gran intensidad en el consumo de energía. Junto a esto hay que incrementar el gasto social en subsidios de cobertura del desempleo para que la población pueda subsistir, mientras dura este largo proceso de cambio de paradigma. Hay que fomentar la educación, (actividad de baja intensidad energética) y tremendamente necesaria, tanto para comprender la naturaleza del nuevo mundo en el que vamos a vivir, como para preparar prácticamente a todos para que puedan enfrentarse a la nueva situación. Y al mismo tiempo hay que financiar un programa de desarrollo a nivel planetario que incida especialmente en el reequilibrio de la energía, para conseguir un mínimo nivel de supervivencia en aquellas zonas en las que una gran parte de la población, tiene que ¿subsistir? con menos de 1 $ al día.
¿Y de dónde tiene que salir la pasta?
1) De la modificación del impuesto sobre los beneficios de las empresas que se incremente para aquellas empresas cuyo ratio de BENFICIOS/RECURSOS PROPIOS sean extraordinariamente elevados. Esto, además de conseguir un efecto recaudatorio, no ahogaría a las PYME, y alentaría a las empresas a capitalizarse y no a repartir dividendos exorbitantes.
2) De la implantación de un impuesto progresivo sobre los grandes patrimonios, que además del efecto recaudatorio, ayude al reequilibrio de la distribución de la riqueza y de la propiedad (apropiada en algún momento, es revelador la relación entre PROPIEDAD y APROPIACIÓN) en el mundo.
3) El bloqueo financiero y de mercancías de TODOS los paraísos fiscales hasta que los capitales refugiados en dichos paraísos no salgan a la luz y paguen, por lo menos, los impuestos que hubiesen tenido que pagar en sus países de origen. Esto además del efecto recaudatorio, sería una medida imprescindible para el funcionamiento posterior (un bloqueo mucho más severo que el de los injustos bloqueos practicados a Cuba, Irak y Gaza, por citar sólo aquellos que en estos momentos me vienen a la memoria).
4) De un impuesto sobre la contaminación medioambiental, tanto sobre la emisión de gases de efecto invernadero, como radioactiva (presente y futura), como la de la inmensidad de residuos que produzcan los productos que consumamos. Esta medida, además del reiterado efecto recaudatorio, tendería a disminuir tales impactos.
5) Del endeudamiento público, o de la máquina de hacer dinero, para decirlo en términos coloquiales. Hay que traspasar parte del coste y la inversión necesarios para la solución del problema actual al futuro, porque en caso contrario no lo habrá. Por eso hay que ser muy riguroso en cómo se invierte ese dinero. Debe emplearse exclusivamente en financiar salarios de subsistencia y en inversiones cuya rentabilidad futura en términos de empleo, y sobre todo energéticos estén absolutamente justificados. Este es un asunto capital. Debe renunciarse a soluciones a corto plazo que no contemplen lo anterior. Ni polideportivos, ni cementerios, ni carreteras, ni aeropuertos. Formación, I+D sobre todo en todo lo relativo a la eficiencia y ahorro energético y desarrollo de nuevas fuentes de energía, Ferrocarriles, sistemas de desplazamiento de viajeros y mercancías que reduzcan drásticamente el consumo de energía en general y de petróleo en particular, y en todas aquellas áreas en las que se vislumbre que su posterior desarrollo no va a necesitar el uso intensivo de recursos agotables.
Posiblemente me digáis que soy un iluso y que eso es imposible de llevar a la práctica. Pues tal vez tengáis razón.
Pero eso ocurrirá, o por las buenas o por las malas.
Si como decía en algún otro post, somos capaces a nivel mundial de concienciar a nuestros dirigentes de que eso es absolutamente imprescindible y urgente, se hará por las buenas, con dificultades extremas, pero sin sobresaltos.
En caso contario la REVOLUCIÓN MUNDIAL acometerá tales tareas. De una u otra forma. Y los daños colaterales serán incalculables.
AMADEUS

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