viernes, 27 de febrero de 2009

EÓLICA VS. NUCLEAR

En la actual encrucijada económica y energética son muy relevantes las decisiones que se tomen ahora de cara a afrontar el futuro para tratar de minimizar el impacto de la escasez energética.

El detener el desarrollo de la energía nuclear no es tan sólo una cuestión ecológica. Ni se trata de una cuestión de seguridad.

Esas realidades, esos problemas están ahí, por supuesto, pero en la actual encrucijada no son los más relevantes.

La cuestión más relevante es la transición energética de la actual civilización al nuevo orden ENERGÉTICO.

En estos momentos en que la utilización de los recursos energéticos fósiles se visualiza como absolutamente esencial, las decisiones de utilización de dichos recursos resulta transcendental.

Un frente, sin duda el más importante, es el despilfarro energético en el transporte alocado de personas y mercancías. Esa alocada transhumancia de personas y cosas que se mueven sin cesar de una a otra parte del globo es algo que incita a una reflexión en profundidad. La actual crisis económica va a incidir, está incidiendo positivamente en este aspecto, aún cuando no en la medida en que sería necesario. Es necesario un fuerte incremento del precio del crudo, que esperemos se produzca gracias a las disminuciones de extracción de los paises de la OPEP, para que los humanos dejemos de movernos sin sentido por el planeta, y dejemos de mover las mercancías de aquí para allá, y recuperemos la producción de muchos bienes que hemos abandonado en una absurda globalización. La globalización no es en sí misma algo negativo. La globalización es una fuente inagotable de desarrollo humano y cultural, de enriquecimiento colectivo y personal muy importante. Lo negativo de la globalización radica en los movimientos superfluos, en los desplazamientos innecesarios que una energía artificalmente barata ha posibilitado.

Pero esto no es el objeto de este comentario.

Aquí de lo que se trata es de analizar dos fuentes NO COMPLEMENTARIAS como algunos pretenden plantear, SINO ANTAGÓNICAS.

Nunca como antes, ha estado tan claro que la ENERGÍA (y digo y recalco ENERGÍA, no €, ni $, ni trabajo humano, esos medios abundan) que se utilice en una de las dos alternativas, dejará de utlizarse en la otra.

Las inmensas cantidades de energía que requiere el ciclo nuclear, cuya TRE se estima que esté entre 6 y 10, evidencian la escasa rentabilidad energética de dicha opción, frente a la alternativa eólica con una TRE superior a 20.

Pero ese no es el único factor a tener en cuenta, aún siendo muy relevante.

Hay varios factores que son igualmente importantes.

Uno muy significativon es el plazo en que tardamos en empezar a obtener energía desde el momento en que hemos iniciado el proceso de invertir energía. El plazo de maduración de un aerogenerador es de meses (en torno a 18). El plazo de maduración de una nuclear es de años (en torno a los 10).

Es decir la alternativa eólica es mucho más rápida, da frutos en un periodo mucho más breve, con lo que el proceso de realimentación energética puede ser de una mayor aceleración. Y este aspecto es muy relevante, pues el tiempo que nos queda es crítico.

Pero no sólo la eólica empieza a generar energía antes que la nuclear. La eólica consigue obtener su TRE en un plazo muy inferior a la NUCLEAR. En 20 años, un aerogenerador ha generado 20 veces la energía consumida. La nuclear necesita 60 años, para generar 10 veces la energía que ha consumido. Un ejemplo biológico sería comparar la eólica con los conejos, y la nuclear con los elefantes. De acuerdo que un elefante produce más carne que un conejo, pero si tenemos en cuenta la capacidad de reproducción de los conejos frente a los elefantes, está claro que es más interesante optar por la alternativa conejo que por la alternativa elefante, para alimentar a un poblado. Lo mismo ocurre con la eólica y la nuclear.

Otro factor importante es la dimensión. Un aerogenerador es mil veces más pequeño que una central nuclear. Eso nos permite abordar de manera más flexible los sucesivos incrementos de necesidades de generación eléctrica. Se puede adaptar mejor la inversión a la demanda. y ese factor permite una mayor deslocalización. Podemos repartir geográficamente la generación de electricidad, acercándola a los puntos de consumo y minimizando los costes de distribución, las pérdidas en el transporte.

Se argumenta el tema de la variabilidad de la generación eólica. Eso se soluciona con la acumulación. Y en ese sentido la idea que voy a exponer en el hilo correspondiente sobre sistemas de acumulación de energía, puede significar un hito revolucionario. Por lo simple, me extraña que no se le haya ocurrido antes a nadie. O tal vez por eso mismo, si a alguién se le ha ocurrido, nadie le ha hecho caso. Veremos que opináis en el susodicho hilo, cuando exponga mi peregrina idea.

Pero no nos engañemos, si la eólica tiene el problema de la variabilidad, la nuclear tiene el problema de la invariabilidad. Que es lo mismo, pero al revés. Y ya hemos visto que cuando para una central nuclear para recargarse, el sistema eléctrico tiene una merma de 1 GW de potencia, cuando a eso no se le suman otras paradas no programadas.

Cada julio que enterremos en una central nuclear es un julio que no tenemos disponible para iniciar el camino de la autonomía energética. (Lo mismo es válido para cualquier julio que estamos utilizando en mover a personas y a cosas sin ningún sentido).

Sólo cuando tengamos asegurado el autosostenimeinto energético global equidistribuido nos deberíamos poder permitir el lujo de desperdiciar la energía en otros usos que no fuesen el asegurar dicho autosostenimiento.

Por eso es tan importante que no se construyan más centrales nucleares. Aparte de que las reservas de Uranio están contadas. Aparte de que si creemos que esa es la solución, sin serlo, no pondremos en práctica la auténtica solución.

AMADEUS

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