domingo, 15 de febrero de 2009

¿PORQUÉ HAY QUE SUBIR EL PRECIO DE LA ENERGÍA?

El problema que tiene el mundo es tremebundo. ¿Seguimos haciendo como el avestruz, o intentamos enfrentarnos con la cruda realidad?

El proceso de decrecimiento económico en general, y especialmente energético que tenemos que hacer los paises que nos llamamos "desarrollados" es impresionante. Y será, sin duda, traumático.

Podemos optar porque el trauma sea digerible, o porque el trauma sea letal.

Si no hacemos nada, será letal.

En otro caso tenemos que economizar energía. O sí, o sí.

¿Y cómo se puede economizar energía en un sistema capitalista?

No voy a repetir mi receta. La he repetido hasta la saciedad anteriormente,

Cualquier alternativa que consiga ese efecto (el de que ahorremos energía), es bienvenido.

La otra posibilidad es optar por una economía socialista, con planificación centralizada de las variables estratégicas, como lo es la energía y el sistema financiero (por cierto, algunos paises, adalides del capitalismo y del neoliberalismo, parece que están optando por esa solución para el sector financiero, y Francia no ha privatizado su sector eléctrico).

Ya he hablado anteriormente también de como habría que subvencionar la energía para aquellos usos de caracter extremadamente social, y de garantizar unos consumos de energía mínimos vitales a bajo coste, o incluso gratuitos, para toda la población. Una de ellas puede ser, vía deducciones, sobre el impuesto general sobre la renta, concediendo una determinada cantidad de € por cada persona que compone la unidad familiar. Incluso si se quiere, se podría hacer esa medida más progresiva, eliminando esa deducción para las rentas más elevadas, por ejemplo a partir de 10.000 € por persona para las familias, o 15.000 € por persona, para los solter@s (esas cifras son, por supuesto meramente indicativas).

Y a partir de ese consumo mínimo vital que estaría subvencionado la energía debería ser cara. Especialmente la energía contaminante. Los productos que contienen mucha energía dejarían de fabricarse, los procesos productivos que consumen relativamente más energía que otros para fabricar productos equivalentes, dejarían de utilzarse, y en general nos iríamos acomodando progresivamente a ese nuevo paradigma de la ecasez del petróleo.

Si alguién quiere coger el coche y hacer 300 km para irse a comer un cochinillo a Cándido, pues me parece muy bien, pero que sepa que ese cochinillo le va a costar 300 ó 400 €. Está en su derecho. Pero a cambio tendrá que ir con la misma ropa durante dos años, por ejemplo.

Por supuesto que todo este proceso tiene que tener un proceso previo de información y difusión.
Y podemos optar por olvidarnos del tercer mundo.

Pero entonces no nos echemos las manos a la cabeza si terroristas como los de Al Qaeda, u de otra índole, surgen de todos los rincones como setas, y que por mucho que nos gastemos en medidas de seguridad y en armamento, no conseguiremos nada, pues nuestra sociedad es tremendamente vulnerable.

En la naturaleza, la única forma posible de evitar los huracanes, sería evitando la formación de zonas con diferencias de temperatura tan elevadas, lo cual por el momento no está a nuestro alcance.

En la sociedad, la única forma de evitar las tensiones sociales, las revoluciones y las invasiones pacíficas (emigración) o violentas (terrorismo, guerras de conquista) es conseguir igualar los niveles de consumo, los niveles de renta, los niveles de riqueza. O lo que es lo mismo, su causa, que es la desigualdad en la distribución de los recursos energéticos. Y eso hay que conseguirlo a nivel inter regional y dentro de cada región. Por eso a mi juicio el indicador económico más relevante en la actualidad será la evolución del ÍNDICE DE GINI ENERGÉTICO, tanto mundial como nacional. Y esto que está en nuestras manos.

Y ésta creo que es una reflexión pegada al terreno y a la realidad.

Es un análisis concreto y no una elucubración teórica.

No es un producto de ninguna hoja EXCEL, que son muy útiles, por cierto, ni de ninguna presentación POWER POINT, que también lo son.

Cualquier herramienta se puede utilizar en favor o en contra del ser humano. Eso no depende de las herramientas. Depende de quien y para qué las utiliza.

Y no es una reflexión que no tenga en cuenta al conjunto de la humanidad.

Que no les guste a los más privilegiados: es normal.

Y si no, nos quedamos en nuestra burbuja de cristal, si no hacemos elucubraciones de salón, deberemos reconocer que el 70% por ciento de los habitantes de nuestro país somos unos auténticos privilegiados a nivel global. Se mire como se mire. ¿No pretenderermos que ahorren energía los bereberes, los tuaregs, los tutsi, los palestinos, los mayas, y todos esos millones de seres humanos que tienen menos de 1$ diario para intentar sobrevivir? Ya sé que no, que nadie es capaz de pretender eso, era simplemente una pregunta retórica.

AMADEUS

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