domingo, 22 de febrero de 2009

GABRIELA Y FREDERIC MISTRAL

Hete aquí, que de la voz de Benjamín León, he dado en encontrame con la fuerza de unos versos auténticos que brotan de las entrañas de una fuerte y delicada mujer, llena de ternura y de entereza.
No es éste el momento de disfrutar de lo que dice.
Tiempo habrá. Aunque la vida es corta, tendré tiempo de deshojar alguno de sus frondosos poemas.
Quiero centrarme ahora en el cómo lo dice.
De la contraportada del primer libro que encontré de Gabriela en la biblioteca pública de mi ciudad, Poesías de Gabriela mistral, editado por EDITORES MEXICANOS UNIDOS, S.A., quiero entresacar su último párrafo:
"... Fresca, brillante, aguda, honda, espontánea y formalmente perfecta, la poesía de Gabriela Mistral plasma aquí su expresión más acabada, significativa y entrañable."
Nada que objetar a los calificativos de fresca, brillante, aguda, honda y espontánea con los que el editor nos presenta la poesía de Gabriela Mistral, pero lo de formalmente perfecta, a la luz de la lectura de los poemas de la poeta contenidos en esta breve antología, me parece que es un insulto a la esencia poética de Gabriela Mistral.
Gabriela, o mejor Lucila, alza su delicada y poderosa voz, apoyándose en la forma, que duda cabe, pero sin importarle el transgredirla.
La mayoría de sus poemas utilizan una rima asonante, en los versos pares. Aunque en ocasiones trastoca arbitrariamente, desde un punto de vista formal que no poético, dicha regularidad, como por ejemplo en el poema NOCTURNO DE JOSÉ ASUNCIÓN

Una noche como esta noche,
se han de dormir viniendo el día:
de Circe llena, ésa sería
la noche de José Asunción,
cuando a acabarse se tendía:

Vemos como la rima "ía" aparece en los versos 2º, 3º y 5º. Luego el poema continúa según la norma habitual rematando los versos pares con dicha rima final "ía".
Lo mismo ocurre en el poema PROCESIÓN INDIA
Rosa de Lima, hija de Cristo
y de Domingo el Misionero,
que sazonas a la América con Sazón que da tu cuerpo:
vamos en tu procesión
con gran ruta y grandes sedes
y con el nombre de "Siempre",
y con el signo de "Lejos".
La rima "e_o" aparece en los versos 2º, 4º y 8º, truncándose en el 6º, en el que aparece la rima "e_e", que se repite en el 7º.
En el poema EL AIRE, dedicado a José María Quiroga Plá, la rima asonante "a_e" se trunca en la estrofa
A lo que hiero no hiero,
o lo tomo sin lograrlo,
aventando y cazando
en burlas de Aire...
cambiándose por "a_o".

Lo mismo sucede en el poema MANOS DE OBREROS, en que la rima asonante "a_a" se interrumpe en la estrofa
A cada verano tejen
linos frescos como el agua.
Después escardan y peinan
el algodón y la luna,
y en las ropas de los niños
y de los héroes cantan.
y se modifica por "u_a".
Otro ejemplo: en el poema LA TIERRA, la rima asonante "e_a" se modifica al final del poema
Cuando muera, no llores, hijo:
pecho a pecho ponte con ella,
y si sujetas sus alientos
como que todo o nada fueras,
tú escuchará subir su brazo
y la madre que estaba rota
que me tenía y que me entrega,
tú la verás volver entera.
trastocándose en los últimos versos: rota, entrega.

Si nos adentramos en sus poemas más sujetos a la forma, vemos también su iconoclasta forma de entender a ésta. Como he dicho en un comentario anterior mío, sobre como entender la relación entre el fondo y la forma en la obra poética, Gabriela utiliza "la forma como espoleadora de su fuerza creativa, pero nunca deja que su fuerza creativa se vea limitada por la forma"

Así por ejemplo, en LA MAESTRA RURAL, poema concebido en cuartetos alejandrinos, no le importa rimar "Jesús" con "luz". En el soneto LA MUJER FUERTE, aparte de adoptar la poca habitual estructura ABAB CDCD EEF GGF, no se reprime en rimar singulares con plurales, "días" con "ambrosía", "hijo" con "fijos". Lo mismo hace en su poema VERGÜENZA de cuartetos endecasílabos, en los que hace rimar "rudas" con "desnuda" y "conozcan" con "tosca". Y en EL VASO, poema construido en cuartetos alejandrinos, omite la rima en los versos impares del primer cuarteto, sindo el primer verso un endecasílabo, en lugar de un alejandrino, como el resto.

Si he mencionado todas estas pequeñas licencias formales no es, en absoluto, para minusvalorar la calidad poética de Gabriela Mistral.

Muy al contrario. La arrolladora fuerza poética de Gabriela es tal que tales menudencias son absolutamente irrelevante.

Reconozco que bastó la simple lectura de uno o dos poemas para que me sintiese totalmente capturado por sus palabras.

Y es que Gabriela simplemente dice, y dice mucho, y lo dice sintiendo, y te hace sentir lo que dice.

Eso es, amigos míos, poesía.

¿Y a qué viene en el título el nombre de Federico, aparte de ser un poeta que tanto le influyó que hasta se consideró, poéticamente hablando, hija suya?

Lo que más me chocó de Gabriela Mistral, aparte de la fuerza arrolladora de su voz, fue su métrica, Nunca había leido tantos y tan hermosos poemas en eneasílabos y en decasílabos. Gabriela utiliza el eneasílabo como el resto de los poetas utilizamos el octosílabo y el endecasílabo. Sus versos fluyen como un torrente en eneasílabos.

Espoleado por el desconcierto que me ha provocado la lectura de los versos de Gabriela, no he podido menos que hurgar en los de Frederic (o Frederi en occitano) de quién tomó su apellido poético.

Y me topo con un poema suyo traducido al catalán del occitano, pero siendo escrupulosamente fiel a su forma original. Y ¿cuál era su métrica? ¡Pués sí, amigos! ¡Eneasílabos!

La estrofa de siete versos con la que construye sus cantos Federico Mistral está formada por la combinación de dos eneasílabos, un alejandrino, tres eneasílabos, y un alejandrino final, rimando AABCDDDC:

Canto una nina de Provensa
En los amors de sa jovensa
A travès de la Crau, vers lo mar, dins del blat,
De Homer' dexèble, ab fe sincèra
Jo la vull, donchs, seguir. Com èra
Filla de gent de humil esfèra,
A fora de la Crau molt poch se n'es parlat.

Me imagino a una niña de ojos azules iluminados por esos versos y soñándose esa niña provenzal que loa el poeta...

En el valle de mis infancias
en los Anáhuac y mis Provenzas,
con gestos duros y brillos dulces,
me miraron las herramientas
porque sus muecas entendiese
y el cuchicheo los oyera.

AMADEUS

3 comentarios:

  1. Amigo Amadeus, sobre todo la investigación, el análisis y el disfrute de lo que es Gabriela Mistral, me hace sentir el pulso de tu mirada. Cómo no, si Mistral, es una poeta por descubrir, por analizar y estudiar. La forma en ella es concebida, sin duda, como algo vital para el poema, pero su palabra se torna profunda y muchas veces, dada su altura universal, opta por formas propias, que de manera alguna podríamos rebatir. He pensado que en esto consiste gran parte de la búsqueda de una voz propia, o como diría Darío, una forma; quizás sea sólo esto: aprender de todo lo relacionado con la poética y saber usarlo, para luego dar paso al criterio propio, a la creación propia, a la mirada propia. Gabriela Mistral aprende de los mejores maestros que pudo, y estos le enseñaron de forma directa a través de las lecturas que ella hizo. Sin duda, es un gran ejemplo para nuestras limitaciones, cómo ella a partir de su propia ruralidad pudo construir una estética que la llevó a consagrarse como la primera poeta de nuestra lengua en recibir el Premio Nobel. No es menor.

    Por estos días, ando maravillado con un par de estudios que me conseguí, y que a partir de esto espero realizar, crear ciertos lazos que me parecen oportunos para revalidar la figura de esta poeta, un poco silenciada, pero imprescindible. Ya estaremos en contacto.

    Un abrazo grande, querido amigo, Benjamín.

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  2. Ya me tendrás al tanto, Benjamín. Es una mujer impresionante. Un abrazo,

    AMADEUS

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  3. Exquisito post
    Muy de ti amigo...
    pasaba a saludarte
    y desearte feliz semana...
    simpre atesoro tus palabras
    porque son bellas
    un beso inmenso
    LuNa...

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