viernes, 25 de febrero de 2011

1. El petróleo sigue su escalada y la gasolina roza otro máximo

Público.es

El petróleo sigue su escalada y la gasolina roza otro máximo

Gadafi amenaza con cortar el grifo. El barril podría llegar a 200 dólares si continúa la tensión en el mundo árabe

A. M. VÉLEZ MADRID 25/02/2011 01:00 Actualizado: 25/02/2011 19:36

El precio del petróleo suma y sigue en su escalada y con él, el de los carburantes. El barril de crudo Brent, de referencia para Europa y principal indicador de la evolución del negocio (representa dos tercios del consumo mundial), se disparó ayer otro 3% y llegó a rozar los 120 dólares por barril, un nivel que no alcanzaba desde agosto de 2008. Es la consecuencia de la violencia en Libia y de las revueltas en el Norte de África y Oriente Medio, donde se produce, en conjunto, en torno al 60% del crudo que consume el planeta.

Por ahora, el principal temor proviene de Libia, que supone un 2% de la
producción mundial y es el segundo suministrador de crudo a España, con el 12% del total. Su bombeo ya se ha reducido en una cuarta parte como consecuencia de la inestabilidad en el país, según Reuters, y ayer el dictador Muamar Gadafi amenazó con cortar el suministro si la revuelta no remite.

Bruselas admite su preocupación por el alza de precios

Ante el incierto panorama, abundan los pronósticos, todos malos. Algunos analistas creen que el barril podría alcanzar la inédita cifra de 200 dólares si el conflicto se generaliza. Como recuerda el banco de inversión Goldman Sachs, cada vez que el petróleo duplica su precio bruscamente (algo que todavía no ha pasado), viene una recesión o el crecimiento sufre de forma "severa". Mal asunto, con el planeta (y, en especial, Europa y Estados Unidos) pugnando por salir de la mayor crisis desde la Gran Depresión. La cifra de 200 dólares por barril no debe de ser descabellada cuando ayer Antoni Brufau, presidente de Repsol, dijo que, si se alcanza ese umbral ("Dios no lo quiera"), el mundo tendrá "un problema".

Según Brufau, la amenaza de que Libia cierre el grifo podría suplirse con petróleo procedente de otras zonas (Arabia Saudí puede incrementar su bombeo un 5%). Pero los precios, sin lugar a dudas, subirían. Un diagnóstico que comparte la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

El presidente de la primera petrolera española, que se negó a dar su opinión sobre Gadafi por "respeto", aclaró que Repsol aún no ha parado su producción en Libia, pero la ha reducido a la mitad. El grupo, que ha invertido unos 470 millones en el país, opera allí (como el resto de petroleras extranjeras) asociado con la estatal NOC. Repsol, que extrae del país norteafricano un 3,7% de los barriles que produce anualmente, todavía tiene un número no especificado de trabajadores en el país. Los evacuará "en bicicleta, si hace falta", dijo Brufau, que avisó de que la repatriación es "difícil".

El Gobierno podría aprobar hoy el nuevo plan de ahorro energético

Carburantes

Lo que ocurra con los precios del crudo en las próximas semanas es una incógnita. Pero lo acaecido hasta ahora ya repercute en el usuario. La gasolina se vendía la semana pasada en España a una media de 1,284 euros por litro, a un paso del récord de 1,285 euros de enero pasado. Por su parte, el gasóleo costaba 1,247 euros por litro, a ocho céntimos del récord de julio de 2008, cuando el crudo marcó su máximo de 147 dólares por barril.

Los precios actuales del petróleo son menores a los de hace tres años, pero la depreciación del euro frente al dólar (moneda de referencia en el mercado energético) penaliza al consumidor europeo. Y se avecinan más subidas, ya que los carburantes aún no han recogido la espectacular escalada (11%) de la presente semana. La industria petrolera suele trasladar al consumidor los encarecimientos del crudo con un retraso de entre uno y dos meses. Las bajadas se repercuten de forma más gradual.

La situación inquieta en múltiples instancias. Según el portavoz de Economía de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, en Bruselas están "preocupados". No en vano, el BCE ha sugerido en las últimas semanas que podría tener que subir los tipos de interés si se produce un aumento sostenido de los precios. Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, de visita en Bruselas, dijo que las revueltas en países productores son una "amenaza grave" para la economía mundial, informa Daniel Basteiro. Frente a ello, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que los precios superarán la crisis de Libia y volverán a estabilizarse.

En España, con una inflación que ya supera el 3% y la economía al ralentí, la amenaza se llama estanflación (estancamiento combinado con subidas de precios). Así, el Consejo de Ministros podría aprobar hoy un nuevo plan de ahorro energético, que sustituiría al actual. Este cubre el periodo 2008-11 y ya ha cumplido casi todos sus objetivos.

El presidente de Repsol alabó ayer este tipo de iniciativas e hizo suya una de las frases favoritas del ministro de Industria, Miguel Sebastián: "El mejor barril es el que no se consume". Brufau pidió que el plan abarque todos los sectores, "desde la construcción a la generación, la industria y la movilidad", y aprovechó para lanzar una pulla a las energías limpias. En su opinión, el ahorro energético es "mucho más barato que subvencionar" fuentes como la eólica o la fotovoltaica.

El presidente de Repsol tiró de ironía para responder a las críticas de la Comisión Nacional de la Competencia al funcionamiento del mercado español de hidrocarburos. "Creo que hay otras cosas que investigar, pero si quiere hacerlo, que lo haga", dijo Brufau, quien aseguró que las recomendaciones que el organismo incluyó en un informe de septiembre de 2009 (que está a punto de actualizar) "se están cumpliendo, aunque tampoco es que [el citado informe] dijera muchas cosas". "No tenemos ningún temor a nada en estos temas porque procuramos hacer las cosas bien, de acuerdo con la Ley de Competencia y el mercado", dijo. Una de cada cuatro gasolineras en España pertenecen a Repsol.



La subida del precio del crudo no es algo que nos deba sorprender.

Inexorablemente el precio venía subiendo a medida que se iba produciendo la reactivación de la economía mundial, principalmente por el fuerte crecimiento de China, India y Brasil.

De hecho, antes de iniciarse la crisis del Norte de África, el precio del barril de Brent ya estaba rondando los 100 $, a finales del 2010. Al desatarse los movimientos revolucionarios, el barril superó tímidamente los 100 $, y ahora, al producirse la rebelión en Libia, con los consiguientes recortes en el suministro, el rally alcista se ha disparado.

Como en todos los rallyes, la escalada se produce de modo fulminante, hasta alcanzar los 120 $/barril.

Ha bastado el rumor, que ya veremos si se confirma, de que Arabia Saudí iba a incrementar su producción, para que la cotización baje al entorno de los 105 $/barril.

Lo más probable, es que dicho anuncio de aumento de la producción de crudo saudí no llegue a materializarse en su totalidad, simplemente porque no existe la tan cacareada capacidad ociosa.

Es cierto que los acontecimientos de Libia y el posible recorte de su suministro es un motivo de seria preocupación pues va a suponer con toda certeza un nuevo parón de la economía mundial, que se va a ver sumida en una nueva crisis de una magnitud semejante a la de 2008.

Pero de no haberse producido dicho recorte, el incremento de precios del crudo se hubiese producido de todos modos, no de forma súbita como ahora, sino de forma gradual, al irse incrementando la demanda de crudo y al no poder ser satisfecha por haber alcanzado el peak-oil (http://www.crisisenergertica.org/).

Es muy difícil que podamos superar los 89 millones de barriles diarios de extracción que eran las previsiones de la AIE para el 2011.

No nos dejemos engañar por espejismos cortoplacistas.

Lo de Libia no es más que una anécdota.

Una anécdota muy importante, pero una anécdota.

La razón de fondo del incremento sostenido de los precios del barril es pura y simplemente que hemos llegado a los niveles máximos de extracción de ese recurso.

La capacidad de la Tierra no es ilimitada, y nuestra civilización del crecimiento por el crecimiento está llegando a sus límites físicos.

El petróleo es tan sólo uno de ellos.

Pero es uno de los más significativos, pues constituye la sangre de nuestro sistema.

Sin petróleo nuestra sociedad colapsa.

Y ésta es una clara advertencia del futuro que nos espera.

La solución de nuestros problemas no es seguir con el crecimiento.

EL CRECIMIENTO ES EL PROBLEMA.

La única solución es invertir el proceso: darle la vuelta al sistema, y hacer que el motor de la nueva sociedad no sea el beneficio del capital, que conlleva inexorablemente la necesidad del crecimiento perpetuo, sino la satisfacción de las necesidades reales sustanciales de toda la humanidad. Y hay que conseguirlo DECRECIENDO, no incitando más al consumo de masas masivo (valga la redundancia), sino limitando nuestro consumo a lo realmente necesario sin sobrepasar los límites, ni de los recursos disponibles, ni de la capacidad de regeneración de nuestro sistema ecológico.

¿Difícil? ¿Imposible?

Tal vez, pero la alternativa es el colapso global de la actual civilización.

Solidaridad, Salud y Salu2,

AMADEUS

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